Mamá se despide del niño en la puerta del colegio , el niño pasa y se va corriendo feliz en busca de sus compañeritos del aula, la madre no puede creer que su hijo se desprenda tan fácilmente de ella, “ya no me necesita, no le intereso” etc. Son algunas de las frases que podemos escuchar cuando la madre siente que su niño no la necesita, aquí estamos frente a una dependencia de la madre que en su afán de tener a su hijo a su lado para no sentirse sola lo hace dependiente de ella hasta el punto de saciarlo de atenciones. Conductas como darle y hacer todo por el niño sin permitirle a él valerse por si mismo son algunas de las más usadas cuando el deseo por controlar y mantener siempre un lazo dependiente que no hace más que perjudicar al niño. Aunque parezca contradictorio nos encontramos con deseos inconscientes por parte de la madre por hacer sentir a su hijo que no es nada sin ella y por lo tanto se envían mensajes de incapacidad para valerse por si mismo y baja autoestima.
Cabe resaltar que en una madre cuyo deseo de tener siempre el control y al excesiva preocupación por el niño no son siempre sinónimo de afecto, si no por el contrario esconde un sentimiento negativo hacia el niño que probablemente tiene su origen o en la forma en como fue criada la madre o en sus experiencias personales, sea cual fuere la causa debemos saber reconocer cuando la madre llega a absorber y limitar el desarrollo emocional del niño.
Dentro de algunas conductas observables podemos mencionar
• Seguir con el amamantamiento cuando el niño tiene más de dos años
• No permitir que el niño aprenda a comer solo (darle de comer siempre)
• Estar todo el tiempo detrás del niño para que no se caiga o lastime cuando ya aprendió a caminar
• No dejar que el niño participe en pequeñas responsabilidades de la casa (guardar juguetes, sacar la ropa, etc.)
• Hacer las tareas del niño sin permitir que él las haga porque “no las hace bien”.
• Mantener el uso del pañal cuando el niño es mayor de dos años
• No enseñar hábitos de independencia para hacer sus necesidades, lavarse las manos, dientes,etc.
• Angustia extrema cuando el niño quiere hacer algo solo como trepar, salir con un familiar, etc.
No toda conducta que tenga que ver con las anteriores ubica dentro de la dependencia emocional a una madre, pero si es necesario analizarnos y ponernos a pensar si es que realmente con nuestro apoyo ayudamos a nuestros hijos a crecer y ser independientes de nosotros (porque a eso debemos llegar) y si no es así es preciso que hagamos un cambio de actitud que de no ser tan fácil podemos acudir aun especialista para trabajar aun nivel personal para poder formar a nuestros hijos de una manera saludable que de cierta manera nos garantice una adecuada salud mental para nuestros hijos.
Psic. Sarela Quiroz C.
Esp. En Intervención Temprana.
Cabe resaltar que en una madre cuyo deseo de tener siempre el control y al excesiva preocupación por el niño no son siempre sinónimo de afecto, si no por el contrario esconde un sentimiento negativo hacia el niño que probablemente tiene su origen o en la forma en como fue criada la madre o en sus experiencias personales, sea cual fuere la causa debemos saber reconocer cuando la madre llega a absorber y limitar el desarrollo emocional del niño.
Dentro de algunas conductas observables podemos mencionar
• Seguir con el amamantamiento cuando el niño tiene más de dos años
• No permitir que el niño aprenda a comer solo (darle de comer siempre)
• Estar todo el tiempo detrás del niño para que no se caiga o lastime cuando ya aprendió a caminar
• No dejar que el niño participe en pequeñas responsabilidades de la casa (guardar juguetes, sacar la ropa, etc.)
• Hacer las tareas del niño sin permitir que él las haga porque “no las hace bien”.
• Mantener el uso del pañal cuando el niño es mayor de dos años
• No enseñar hábitos de independencia para hacer sus necesidades, lavarse las manos, dientes,etc.
• Angustia extrema cuando el niño quiere hacer algo solo como trepar, salir con un familiar, etc.
No toda conducta que tenga que ver con las anteriores ubica dentro de la dependencia emocional a una madre, pero si es necesario analizarnos y ponernos a pensar si es que realmente con nuestro apoyo ayudamos a nuestros hijos a crecer y ser independientes de nosotros (porque a eso debemos llegar) y si no es así es preciso que hagamos un cambio de actitud que de no ser tan fácil podemos acudir aun especialista para trabajar aun nivel personal para poder formar a nuestros hijos de una manera saludable que de cierta manera nos garantice una adecuada salud mental para nuestros hijos.
Psic. Sarela Quiroz C.
Esp. En Intervención Temprana.
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